domingo, 27 de junio de 2010

Todos estamos en el mismo tablero

Si partimos de que actualmente todos somos una parte fragmentada de un todo, un ser independiente que interactua con el medio reaccionando a las condiciones externas, si nos dicen algo, si ocurre algo, si nos gusta o nos desagrada cualquier cosa, reaccionamos juzgando, criticando, aferrándonos a nuestras creencias, esa individualidad independiente del resto de seres humanos no va a poder formar parte de un todo que unifique nuestros problemas y arrime un hombro para conseguir un bien global que es la felicidad del ser humano.
¿El ser humano podría vivir en un mundo feliz? Es una pregunta acerca del mundo y sus circunstancias seguimos mirando el exterior, seguimos midiendo con nuestro propio rasero las circunstancias externas y juzgando si son buenas o son malas para nosotros. La pregunta sería, ¿Puedo ser feliz y por consiguiente añadir ese granito de arena al mundo? ¿Un mundo feliz está formado por gente feliz? , pero ¿Todos, individualmente podemos ser felices? Creo que esta pregunta final es la que debería responder en esta ocasión.
Si contamos que cuando exista un entorno de gente feliz a mi alrededor y que busca la felicidad del prójimo yo seré un poco más feliz podríamos resolver que a la par que yo intento conseguir mi propia felicidad y por consiguiente crear un ambiente de paz y felicidad a mi alrededor, ese entorno en el que me desenvuelvo hará por una especie de ósmosis que nos encontremos más felices. Hablemos de compasión, y no como pena por alguien sino como  esperanza o necesidad, mejor dicho, de que alguien a mi alrededor pudiera tener el nivel de paz y felicidad que yo concibo actualmente.
Por lo tanto si mi nivel de felicidad es elevado podré sentir esa compasión por mis congéneres, o sea, esa necesidad de que para yo ser un poco más feliz debería rodearme de gente más feliz y por lo tanto deberé realizar alguna acción que lleve a ese estado a mi entorno.
El concepto budista de felicidad no es que vaya satisfaciendo cada uno de mis deseos, o sea, que cada vez que tengo un deseo, o sed esta sea satisfecha, al contrario, todo este es el origen de nuestra infelicidad, cuando deseamos algo no estamos bien por no tenerlo y cuando lo tenemos nos aferramos a eso. Tanto una carrera universitaria, como un coche, como una persona, como ira, como la misma felicidad. Queremos estar siempre felices y odiamos los sentimientos de ira, etc..
Por lo tanto la felicidad vamos a entenderla como paz, un mar de aceite, de tranquilidad, calma en la que las condiciones exteriores o deseos no nos afecten. Aunque seguimos actuando y realizando cosas perfectamente. Pero con compasión y esa paz interior.
Cuando realizamos una vista de pájaro de una población y pudiésemos ver y analizar un gran grupo de seres humanos podríamos advertir que cuanto más aumenta el grado de felicidad del que estamos hablando más aumenta el nivel de felicidad del resto de personas alrededor de las que ya lo están consiguiendo.
Y más que nada por una ley física. Si yo busco la felicidad propia y la de mis compañeros, esta gente a mi alrededor no sufrirá ningún mal por mi parte únicamente se sentirán más relajados y capaces de comprender que su propia acción egoísta no les lleva a ningún sitio por lo que si no te sientes atacado poco a poco te relajas y comprendes que debes dejarte llevar por la corriente.
Todos estamos en ese tablero, para poder llegar a tener un mundo feliz necesitamos ser felices primero. Estar felices y que el resto de seres humanos sean felices.
Pero, ¿Cómo vamos a lograr eso? pues como siempre se dice, empezando por uno mismo y crear una sinergia, la suma de las partes debe ser más grande que las partes por separado. La felicidad engendra felicidad. Si echáramos agua hirviendo en un mar de agua fría, rápidamente esta agua se calmaría, la temperatura descendería y se equilibraría el movimiento de los átomos de la misma.
Existen estudios que demuestran la conciencia colectiva, cuando un número determinado de individuos N alcanzan un conocimiento el resto de individuos adquieren ese conocimiento en las generaciones posteriores.
El origen de nuestra propia felicidad es tener claro que no somos así, y hemos nacido así con esos impulsos y esas mentes, nos hemos hecho así, y por lo tanto podemos cambiar.
Podemos controlar nuestros impulsos, podemos comenzar a tener un auto-control, no represión sino conocimiento de nosotros mismos.
Saber como funcionamos, no damos un puñetazo porque esté grabado en nuestros genes. Se produce un acontecimiento, nosotros lo analizamos, buscamos en nuestra memoria, lo pensamos, surge una emoción y por ende una reacción. ¿Somos capaces de observar esto cuando se este produciendo? ¿Podemos evitar la reacción en cadena? Una vez que tenemos un conocimiento, que sabemos que cada vez que pensamos cualquier cosa, existe una emoción y una reacción, ya tenemos capacidad de elección, podemos elegir si realizar la reacción, la emoción desaparecerá, lo sabemos porque lo hemos experimentado. Por tanto, ¿Seremos capaces de modelar nuestro comportamiento con el hecho de conocer como funcionamos y tener el objetivo de nuestra propia felicidad y por ende la de los demás?
¿Somos capaces de preveer una emoción? ¿Podemos observar el pensamiento?
Intenta observar tu mente por un momento, ¿eres capaz de darte cuenta del espacio que existe entre dos pensamientos? ¿Qué hay entre dos pensamientos? El que observa. Eso es lo que realmente eres y no se diferencia de lo que es otro ser humano en esencia. Medita y sé feliz.

viernes, 25 de junio de 2010

Primeras conclusiones

Pongamos que somos un rio al que le van saliendo plantas, piedras que se van depositando y que van rodando hasta colocarse en un sitio y que poco a poco hacen que el rio no fluya con la misma intensidad, hace que nos detengamos en cada recuerdo del pasado y pensemos que situaciones se pueden presentar en un futuro debido a conclusiones del pasado y que no nos dejen avanzar y fluir como el agua del rio, lo que nos decía Bruce Lee en el famoso anuncio de televisión: "Be water my friend!" (Sé agua amigo mio). Cada vez que nos paramos, no a pensar sino a observar a los pensamientos estamos siguiendo el cauce del río: ¿Hasta dónde nos llevará? ¿Cuál es el origen de un pensamiento negativo? ¿De una emoción?  ¿Qué sucede en nuestro cuerpo?.
Estamos finalmente observando la piedra en el rio y disolviéndola como hielo en el agua únicamente con nuestra observación. Ahí es donde llegamos con la meditación. Observamos la piedra, el condicionamiento originado en algún momento de nuestra vida después de haber seguido el sendero.
¿Y porqué seguirlo y no olvidarlo y dejarlo pasar, de esa forma nos encontramos bien y no tenemos que pensar en eso que nos dá miedo?. Pues sencillamente porque la piedra seguirá estando en el camino y posiblemente cualquier acción futura chocará con ella, con ese condicionamiento y nos hará detenernos con miedo a analizar nuestras acciones.
La diferencia entre la piedra o condicionamiento y la inteligencia que nos hará no volver a tropezar con la misma piedra es lo fundamental de esta circunstancia. ¿Qué diferencia existe entre algo que no nos va a dejar meter la mano en el fuego y algo que no nos deja ir al mercado por miedo a que nos roben, por ejemplo?

No metemos la mano en el fuego sin pensar pero debemos pensar para no ir al mercado.

Es algo grabado en nuestra consciencia, digámoslo así, algo que nacerá de nuestro interior sin origen en el pensamiento o en el análisis.

En el segundo caso, pensamos si queremos ir al mercado y nuestra mente reacciona proyectando mentalmente una situación pasada o comentario o visión, normalmente en forma de imagen o palabras que nos hace trasportarnos al futuro y concluir que nos robarán, es muy probable, que por lo tanto, tengamos miedo a que nos roben. ¿Y Porqué nos da miedo que nos roben?, aquí tendriamos un origen para nuestra meditación, deberiamos seguir el rio y ver a dónde nos acerca y dónde se encuentra la próxima piedra.

Pero la circunstancia es que ciertas intuiciones nacen de una inteligencia distinta a la generada por el pensamiento. Algo basado en el presente sin anticipos ni retrospecciones.

Esa inteligencia normalmente se traduce en nuestra mente al igual que otros pensamientos en palabras o imágenes para que el pensamiento pueda dialogar con ellos  y decidir si está bien o no pero realmente la decisión es inteligente y ya la hemos tomado. Esa energía que ha chocado con nuestro traductor de habla o de imágenes es lo que nos une a todos. Todos somos eso en base. Después le añadimos condicionamientos y un cuerpo físico unas circunstancias sociales y todo lo demás pero ese es nuestro origen.


Aquí podéis ver un vídeo de Krishnamurti muy instructivo.





Y otro vídeo más instructivo ya que se basa en diferentes puntos de vista de otras personas, pero queriendo llegar al origen.



Continuación


sábado, 19 de junio de 2010

Primeras Impresiones meditación

De momento todo funciona estupendamente he conseguido reducir los niveles de ansiedad bastante, ya no se me crean tan frecuentemente esos ardores internos al escuchar ciertas palabras o frases o ver ciertas imágenes en la tele. Incluso ni pensando en el futuro. Se me ha reducido increiblemente todo ese tipo de emociones.
También conseguí una cosa fabulosa y de la que me siento muy orgulloso de haber logrado y que además aumenta increiblemente mis ganas de continuar con estas técnicas ya que les veo un potencial tremendo, estoy empezando a experimenta.
El otro día creo que sufrí una crisis de ansiedad mientras meditaba, observé pacientemente como surgian los pensamientos y las emociones mientras se iban produciendo, observaba la emoción, el sudor frio, las sensaciones, hasta que sin animarlas con mi pensamiento fueron desapareciendo dejándome no sólo el buen sabor de boca de la relajación que surge cuando esto desaparece sino que además estaba tan contento de haber logrado permanecer ahí y sentir simplemente que son emociones y que son pensamientos. Que no importan, que podemos observarlos. Que en el aquí y ahora no ocurre nada. No hay futuro en que pensar ni pasado que recordar que nos pueda debilitar. Somos.
Recordaba unas palabras del buda que mencionaba cuando un carro deja de ser carro cuando se desmontan las piezas, y que lo mismo sucedía con un humano. Cuando dejamos de ser nosotros mismos. Que nos tienen que quitar, brazos, piernas, para que ya no seamos nosotros, ¿hasta que punto nos podrian abastecer mecánicamente de sangre y aire? hasta que no fueramos nosotros. Eso que queda es lo que somos en realidad. La realidad invariable. La esencia de nosotros mismos y de todo el resto del mundo es lo único en lo que nos podemos identificar con otros y que otros pueden identificarse con nosotros.
Seguiré con la práctica. Voy a retomar mis inicios en la meditación porque creo que había perdido el camino o el rumbo con mis propias prácticas descuidando un poco la fase de samatha y de perfección de la concentración. Voy a seguir lo que se menciona en este texto.
http://www.bosquetheravada.org/index.php?option=com_content&task=view&id=103&Itemid=193

jueves, 3 de junio de 2010

Cómo van las prácticas de meditación

De momento estoy cumpliendo mis objetivos, todas las mañanas me siento a meditar al menos durante 30min. sobre las 7:30am, por las tardes otro poco después de leer un poco sobre budismo u otros autores que traten de una forma pragmatica estas enseñanzas, y por la noche antes de acostarme otro poco.
En principio todo es normal, noto cambios en la percepción de las emociones y pensamientos con más facilidad, por ejemplo ahora tengo una herramienta potente ante cualquier tipo de emoción (por lo menos de las que se me han presentado hasta ahora), estoy más alerta a esos posibles cambios o pensamientos.
Creo que en general, he ganado una nueva perspectiva de los sucesos, creo que no me identifico tanto con ellos, el caso es que si antes era un 10, ahora es un 8'5 mi grado de identificación. Además, creo que si antes me encontraba dentro de la pantalla del cine protagonizando la película ahora he dado un paso atrás desde el cual visualizo la película desde otro nivel. Todavía me falta mucho camino pero eso es estupendo.
También es una herramienta estupenda saber que cualquier suceso en la vida es un ejercicio en la práctica de la meditación y del conocimiento interior. Apreciar cuando surge una emoción, porqué, de dónde, cómo gestionarla, cómo enfocarla, es todo una experiencia. Y algo que me está gustando.
Es dificil a veces sentarse a meditar y ver que sucede, entre el sueño, o que otro día no puedes concentrarte. Pero se ven los avances.