viernes, 11 de octubre de 2013

Meditación y mis problemas con el trabajo cotidiano

Cuando estoy trabajando, me doy cuenta de la velocidad a la que voy, de que voy muy rápido de que incluso tengo cierto nivel de ansiedad, noto alguna sensación que me dice o corrobora según mis patrones estas conclusiones, y comienzo a temer mi propio comportamiento, de nuevo surgen pensamientos de como ser: debo ser más calmado, debo tomarmelo con más calma, esto no debería sentirlo, debería de ser feliz trabajando, etc..
Es lo mismo de siempre, un condicionamiento pasado hace que reaccione a circunstancias presentes, y creo que el futuro será igual que el pasado por lo que yo considero una realidad presente.
Pero, ¿cuál es la otra realidad?
La realidad de ser conscientes, la realidad desde otro cambio de perspectiva, es que estoy trabajando porque es necesario para comer, ya sé que podría tener otro trabajo más "in" o ser millonario y sólo dedicarme a pasear con mi caballo, pero la realidad es la que es, este es mi trabajo y hay que comer. Incluso el Buda decía que no se puede meditar si se tiene hambre.
Por lo que partiendo que este es el trabajo y el momento, simplemente sigo estando atento a lo que hago, observo mis reacciones, observo mis sensaciones, mis pensamientos, no los juzgo, no los sigo, continuo con mi trabajo. Si todo pensamiento pasa, si toda sensación que surge desaparece, ¿qué nos queda?.
Nos queda el cambio. Anicca, anicca, anicca, cambio, cambio, cambio, todo es impermanente.
Observo mi interior, y noto la presión en los codos de la mesa, las sensaciones que produce el teclado en mis dedos cuando escriben, de vez en cuando una sensación aquí u o allá, un pensamiento de la mente que dice, uy esa sensación del pecho no me agrada, vamos a observarla, vamos a intentar manipularla o vamos a hacer algo que nos la elimine, nos apegamos al deseo de no tener una sensación determinada.
Como de vez en cuando conseguimos que una sensación de tensión se relaje y se libere, creemos que todas las sensaciones son iguales, pero hay calor, hay vibración, hay pulsación, presión, no todas las sensaciones se pueden manejar de la misma manera, de momento sólo conozco que ciertas sensaciones de tensiones buscando su origen, las podemos liberar, el hecho de hacernos conscientes de ellas ya hacen que las liberemos, en ese momento la conciencia reconoce que el inconsciente está realizando un gasto de energía innecesario.
Ese proceso de re-observar una sensación hasta que desaparezca también forma parte del método de sufrimiento del patrón inconsciente. Hay algo que no queremos, queremos que se vaya y la mente intenta buscar formas de librarnos de ello. Pero no podemos, no por desearlo las cosas desaparecen, sabemos que surgen pero no cuando desaparecen, aprendemos poco a poco a no reaccionar a ellas a desapegarnos del deseo de que se cumpla esto o aquello.
El objetivo no es la liberación de la sensación, la sensación es lo que es, un proceso electroquímico que informa al cerebro o a nuestro sistema nervioso de algo de lo que somos conscientes, pero ya esta. El tema es que en el inconscientes se genera un patrón de que no queremos esto o aquello y se reacciona. Quizá también la sensación es tan agradable que no queremos que se vaya, de esta forma generamos la misma negatividad inconsciente de aversión, rechazo u odio hacia esa sensación.
En cualquier forma o modo en el que se interactue con el medio interno o externo se siguen produciendo estas sensaciones y seguimos reaccionando a ellas.
La paz interior es dejar de luchar.
No peleemos más, son como son, impermanentes, ya se irán...


S.N. Goenka - Meditación Vipassana

Sentir el cuerpo, fijar la atención en nuestro cuerpo, notar las sensaciones que se producen desde el interior, observar la cantidad de cambios que se producen en un instante en nuestro interior ya es un atisbo de la cantidad de vida que existe dentro de nosotros. La cantidad de momentos que componen el presente, la cantidad de estados diferentes por los que pasamos a lo largo de nuestra vida. Todo es impermanente, todo cambia, aún las cosas más aparentemente sólidas cambiarán.

Después de haber realizado un curso de 10 días de meditación Vipassana en el centro Dhamma Neru en Santa María de Palautordera me cambió el punto de vista, ahora miro un poco más hacia el interior, noto que realmente el sufrimiento se encuentra en mis patrones inconscientes, el exterior tiene poco que ver, aún todo lo que sucede en la televisión, o en mi vida, son eventos que solamente se interrelacionan con mis condicionamientos aprendidos pasados, con la parte de mi inconsciente que reacciona a ellos. Los demás no tienen la culpa de ser como son, yo tampoco tengo la culpa de ser como soy, es así y no puedo hacer nada para cambiarlo, no vale la pena reaccionar más para cambiarlo.

A cada instante nuestra máquina mental está reaccionando a todos los sucesos tanto mentales como externos y si no estamos atentos, nos lo perdemos, nos podemos quedar encajados en cualquier pensamiento o ristra de pensamientos o dándole vueltas a cualquier sensación.

Es una maravilla saber todo esto, es liberador conocer que esto se produce así, existe un camino para la liberación, existe una forma de salir de Matrix, de nuestros condicionamientos, de nuestra mente, y esto es la conciencia momento a momento de la realidad presente, de que lo único permanente es la impermanencia, de que todo los fenómenos que están relacionados con los sucesos surgen y desaparecen, tarde o temprano, esto no quiere decir, 1 segundo ni 5 minutos ni 10 horas, pueden ser semanas, meses o años, pero finalmente desaparecen.

Esta creencia racional, es liberadora, de hecho cierta experiencia de esa realidad también nos lo confirma, si nos mantenemos ecuánimes, sin reaccionar con aversión/rechazo, avidez/apego al deseo/necesidad de cumplimiento, a veces, podemos ver que ocurre algo en nuestro interior, algo que nos produce liberación.

Mientras seguimos todos en su propio bote remando hacia las orillas de la liberación, cada uno con su equipo de condicionamientos, de trabajo en la atención, de inteligencia, pero todos somos parte de lo mismo. Aunque puede que nos duela no haber llegado todavía, queremos estar iluminados, queremos dejar de reaccionar negativamente a cosas externas, trabajo, gritos, ira, rabia, frustración, miedo y además comenzamos a no querer reaccionar positivamente ante las cosas que nos causan placer, no queremos tener tanta avidez por los dulces, las comidas deliciosas, los viajes de aventuras, los coches deportivos, las mujeres asombrosas, ser piloto, ser cantante, ser famoso, ser rico, ser poderoso.. pero nuestra máquina sigue generando estos impulsos, la máquina de tantos engranajes sigue girando aunque nosotros queramos detenerla, asi que el único método de liberación es ser consciente de que ni podemos cambiar estos efectos, porque asi trabaja la mente, como que tenemos una nueva perspectiva de observación desde nuestra atalaya, nos vemos desde arriba, nos podemos observar desde otra perspectiva, no desde la del pensamiento, sino desde la del sentir.

En lugar de ser pesimistas ante este hecho, es lo que es, la culpa o la pena no nos puede hacer cambiarlo, no podemos ser más listos, ni más tontos, más atentos ni más despistados, en este momento, aquí y ahora, es lo que es.

Sentir sin juzgar, sentir sin dejarnos arrastrar por el pensamiento, nos permite ser un poco más libres, sin importar que a veces todavía consideremos lo que nos diga nuestro pensamiento como algo tan importante. La autoridad del pensamiento es algo de lo que debemos librarnos, no hacerle más caso, olvidar que el pasado tiene la respuesta al futuro.

Sólo son mis propias conclusiones, no las juzgues, experimenta tu propia vida, tus propios condicionamientos, juicios y valores. Y sobre todo, medita, practica la conciencia para cada vez, estar un poquito más arriba en la atalaya de tu cuerpo, quizá eso es el tercer ojo. El ojo que no juzga, el espejo que ve pero no se queda pegado a lo que ve, el testigo, etc..

D.E.P. S.N. Goenka, gracias por crear esta organización mundial de cursos de meditación Vipassana para la ayuda de tantos seres, es de gran importancia para el cambio de nuestra humanidad.
Espero que todos los seres encuentren la felicidad verdadera, la paz verdadera, la armonia verdadera y que S.N. Goenka, allá donde se encuentre su Ser sea feliz, este en paz y armonía para poder seguir transmitiendo la joya del Dhamma.

domingo, 29 de enero de 2012

Con los pies en la tierra

Desde hace más de un año que no publicaba nada en el blog, y precisamente hace un año que falleció mi madre y hace 3 meses que soy padre, es un buen momento para comenzar a publicar de nuevo. En este año me han cambiado muchas cosas que creo deben ser contadas para todos aquellos que comienzan o se encuentran en el camino.

"Todo pasa, pero lo nuestro es pasar"..  y mientras pasamos entendemos mejor que toda resistencia a la vida, al presente repercute negativamente en nuestro cuerpo así como toda apertura a la vida, a lo que es repercute positivamente tanto en nuestro interior como en el exterior.  Nuestra resistencia a los hechos y el no entregarnos plenamente nos hace sufrir innecesariamente.

El camino se hace andando y lo debemos andar con firme determinación de que la felicidad verdadera para nosotros y para los demás es posible.

De nuevo con los pies en la Tierra, con un equilibrio mucho más estable y con muchas ganas de seguir trabajando por la felicidad, la paz y el bienestar verdadero míos y de todos los seres me vuelvo a conectar.